La historia del Colegio Franco Español ha tenido momentos críticos en los que se ha probado la fortaleza y el espíritu de los miembros de toda su comunidad. Uno de esos momentos ocurrió en el año 1987, cuando por razones ajenas a la institución, se tiene que abandonar las instalaciones en Cerro del Hombre. Durante el ciclo escolar 1987-1988, los niveles de preescolar y primaria habrían de instalarse en un predio ubicado en la calle de Pensilvania, en la colonia Parque San Andrés, en tanto que secundaria y preparatoria ocuparían las instalaciones propiedad del Instituto Gran Unión, ubicadas en la calle de Kramer, quienes apoyaron al Colegio para que pudiera impartir clases en el turno vespertino y continuara con su labor de enseñanza.
En aquellos aciagos momentos fue muy importante la labor del cuerpo directivo, los profesores José Luis Cervantes, Lucrecia Minquini y Adrián Boucart; de los profesores que impartían cada clase e incluso del personal de mantenimiento, pues cada uno aportó lo mejor de ellos mismos para mantener vivo el nombre, espíritu y prestigio del Colegio.
La historia del Colegio Franco Español ha tenido momentos críticos en los que se ha probado la fortaleza y el espíritu de los miembros de toda su comunidad. Uno de esos momentos ocurrió en el año 1987, cuando por razones ajenas a la institución, se tiene que abandonar las instalaciones en Cerro del Hombre. Durante el ciclo escolar 1987-1988, los niveles de preescolar y primaria habrían de instalarse en un predio ubicado en la calle de Pensilvania, en la colonia Parque San Andrés, en tanto que secundaria y preparatoria ocuparían las instalaciones propiedad del Instituto Gran Unión, ubicadas en la calle de Kramer, quienes apoyaron al Colegio para que pudiera impartir clases en el turno vespertino y continuara con su labor de enseñanza.
En aquellos aciagos momentos fue muy importante la labor del cuerpo directivo, los profesores José Luis Cervantes, Lucrecia Minquini y Adrián Boucart; de los profesores que impartían cada clase e incluso del personal de mantenimiento, pues cada uno aportó lo mejor de ellos mismos para mantener vivo el nombre, espíritu y prestigio del Colegio.